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Christmas compilation

Our Christmas
Hikari estaba caminando de un lado a otro en la cocina mientras Karen preparaba el pavo, quería asegurarse de que estaba haciéndolo bien, pero se sentía impotente por el hecho de que ella no podía hacerlo, no se tenía suficiente confianza en la cocina. 

La castaña frunció el ceño al verla ir y venir y le dijo molesta —¿No puedes quedarte quieta, Hikari-chan? Me vas a volver loca dando tantas vueltas. 

—Concéntrate en el pavo, Karen, es lo más importante... —Sabía que estaba inquieta, pero no sabía cómo no preocuparse, aunque, tal vez debería hacerle caso, ya tenían hecho las papas asadas, las “pigs in blankets”, el “gavy” y la salsa de arándanos, solo faltaba el pavo. 

—Estoy en ello, ¡No me presiones, Hikari-chan! Cielos, hablas como si no supiera lo que hago —El puchero de Karen era notable, hasta que volvió a sonreír y dijo señalando el pavo —Ya está, solo hay que meterlo al horno. 

Hikari asintió decidida antes de tomar la bandeja, Karen abrió el horno y ella lo puso dentro. Soltando un suspiro mientras Karen colocaba el cronómetro soltó —Listo, ahora solo queda esperar. 

Intrigada Karen miró alrededor y luego preguntó —¿Dónde está Anne? —Hikari se encogió de hombros. Entonces juntas se dispusieron a ir a la sala. Al estar junto a la entrada escucharon un estruendo y varias cosas caer. Karen apresuró el paso y al estar en la sala pudo ver lo sucedido. 

Anne había tirado el árbol de navidad al suelo y los trocitos de salchichas o “pigs in blankets” habían desaparecido. Hikari viendo la situación y a la canina bajo la mesa que estaba frente a la televisión ocultándose, dedujo lo sucedido. Se había subido a una silla, comido las salchichas y probado el resto de la comida, cuando las escuchó salir de la cocina tratando de huir se tropezó con el árbol tirándolo al suelo. 

Soltando un suspiro golpeó la pared que estaba junto a la cocina y siendo esta de un material frágil se rompió, Karen la volteó a mirar sorprendida, la pelinegra no solía hacer eso —¡Hikari-chan! ¿Qué estás haciendo? 

Con un rostro serio mientras miraba el caos le respondió —Liberaba mi ira... 

Con un suspiro asintió antes de darle un golpe a la pared imitando a Hikari, la cena mordisqueada y el árbol de navidad en el suelo, era un escenario horrible.

Chinese gift
—Mei Fan. Ya son las once y no te has levantado de ese sofá en todo el día, hoy es navidad. Al menos ve y compra pollo frito o mándalo a pedir, pero haz algo. 

Frunciendo el ceño miró a Yachiyo y volviendo su vista a la televisión le dijo —No celebro navidad. Soy budista.

Cruzándose de brazos Yachiyo le respondió —¿Y qué? Yo soy sintoísta y no me ves cruzándome de brazos ante las festividades capitalistas. 

—¿Estás hablando de política? 

—No lo sé. Solo estoy tratando de hacer que te levantes del sofá, ya debe tener tu forma dibujada. 

Soltando un suspiro mientras se levantaba susurró tratando de que no la oyera —Ni siquiera eres practicante. 

Frunciendo el entrecejo le respondió —Tú tampoco. Ahora, aprovecha que estás de pie y vístete decente —Le señaló sus pantalones cortos y la camiseta desaliñada que cargaba —Vamos a salir. 

Refunfuñando la peli-morada apuró el paso hacía la habitación. Después de unos minutos volvió en unos jeans negros y una camisa negra, encima su abrigo azul. Yachiyo por su parte llevaba un abrigo rojo, bufanda y un pantalón negro. 

Saliendo del departamento Mei Fan iba pensando en que otra excusa utilizar para evitar decirle que en realidad no le había comprado un regalo, estuvo todo el día en el sofá tratando de descifrar como le podría comprar algo o no hacerlo, sin que ella se molestara por ello, estaban en una especie de relación ahora, no había habido ninguna declaración en sí. Pero sí hacían cosas de parejas, así que pensaba que tenía la obligación de actuar como su pareja. 

Recientemente había tenido un problema con sus tarjetas, así que no podía sacar dinero y lo máximo que llevaba en sus bolsillos eran no más un par de yenes, además de que no tenía idea que comprarle. 

Yachiyo por su parte quería encontrar un buen lugar para darle su regalo de navidad. Y había visto el día anterior un parque decorado con luces cerca del departamento así que arrastraría a Mei Fan hasta ahí. 

Mei Fan le había escrito una carta que planeaba colocarla en la misma caja que el regalo, pero como no había regalo, olvidó sacarla del bolsillo del abrigo desde la vez que volvió con ella de la biblioteca donde la escribió, había hecho todo lo posible para que Yachiyo no la encontrara. 

Una vez en el parque, Yachiyo miró su reloj y sacando una cajita de su bolso se la tendió —Feliz navidad, Mei Fan, sé que tu religión o en tu país no celebran esto, pero —un sonrojo iluminó su rostro — Quería darte esto... 

Mei Fan tragó pesado hasta que le respondió —Yo también te tengo algo... —Buscando en sus bolsillos sacó la carta, se sintió mal al pensar que no tenía un regalo de verdad. Pero esperaba que con eso Yachiyo no se molestara o al menos notara sus intenciones. 

Una vez Mei Fan tomó el regalo, Yachiyo caminó a la banca más cercana y se sentó, iluminada por las luces que colgaban del árbol que estaba sobre ellas, se dispuso a leer la carta. 

Mei Fan rascaba su nuca pensando que eso podría acabar mal. Yachiyo se sonrojó, sonrió, rio y sintió sus ojos cristalizarse mientras leía. Su acompañante se sentía inquieta, aunque sabía que había hecho una carta algo chistosa y llena de agradecimiento, no esperaba que reaccionara así, sus pensamientos fueron interrumpidos una vez Yachiyo le señaló la última parte —¿Qué dice aquí? Está escrito en mandarín. 

Ruborizándose avergonzada Mei Fan se dio cuenta que le había entregado el borrador, había escrito la parte más difícil o lo que la tenía más insegura, y omitió en la que le entregaría, en chino, porque se sentía insegura de sí misma. 

Encontrando su voz le dijo —Ahí dice... —Tomando aire se dijo a sí misma que de nada valía mentir si posiblemente Yachiyo luego lo comprobaría por si misma con el traductor — Amaría que me dieras el gusto de aceptar ser mi novia. Sé que no es fácil decir sí, porque hay muchas cosas que están en contra, pero yo daré lo mejor de mí para hacerte feliz. Gracias por todo este tiempo de tu vida que me has dado la oportunidad de disfrutar junto a ti. Gracias, Yachiyo... El resto no importa, estaba divagando sobre cualquier cosa... —Al voltear a mirar a Yachiyo, la vio sonrojada con los ojos cristalizados. 

—Si. Quiero decir, si quiero, has sido de alguna forma la luz de mis días oscuros. Yo soy quién debería decir gracias. Porque aún después de todos los problemas en los que nos metí, seguiste intentando ayudarme, y aquí estás conmigo. Creo que puede acabarse el mundo, y yo seguiré bien si estoy contigo —El rubor en el rostro de Yachiyo la llevó a ocultarlo entre sus manos avergonzada. Mei Fan por su parte había ocultado su rostro detrás de la caja de regalo. 

Volviendo a recobrar la compostura Mei Fan empezó a abrir el regalo inquieta por su contenido. Yachiyo la miró sonriendo, de alguna forma le recordaba a un niño pequeño destrozando el papel de regalo. Al terminar de abrirlo pudo ver uno de sus personajes favoritos de una edición limitada frente a ella. Y ahogando un grito abrazó a la chica junto a ella, la cual le devolvió el abrazo. Riendo de alegría Mei le dijo —¡Estoy tan feliz! 

Sonrojándose nuevamente Yachiyo le respondió —Estoy contenta de que te haya gustado. 

Mei Fan sin poder soportarlo más tomó su rostro entre sus manos y la besó, importándole poco si el parque tenía público o no, solo le importaba Yachiyo. Una vez se separaron la peli-rosa le dijo —¿Ahora si te gusta la navidad? 

Mirándola a los ojos le dijo —Me encanta, y ahora más, porque será nuestro aniversario de ahora en adelante. 

Riéndose Yachiyo asintió, había sido una grandiosa navidad. 

Christmas promise
Se encontraban en la sala del departamento, como ambas lo costeaban, era bastante amplio. Suzu estaba sentada en el sofá con Mahiru sentada entre sus piernas, abrazadas viendo televisión. 

En la mesita frente a la TV tenían la caja del KFC con pollo, Mahiru había preparado papas, así que también disfrutaban de ellas. El ambiente era tan tranquilo que había olvidado darle su regalo a Mahiru. 

La más baja susurró —¿Me puedo levantar? 

Negando con su cabeza y soltando un gruñido Suzu negó, Mahiru se empezó a reír al oírla y le dijo —Déjame buscar tu regalo. 

Soltando el abrazo Suzu le hizo señas de que podía levantarse. Cosa que hizo, y que su acompañante imitó. 

Después de unos minutos estaba Suzu nuevamente en el sofá haciéndole señas a Mahiru de sentarse con ella, sin ninguna duda aceptó la invitación y se sentó en medio de sus piernas nuevamente, quedando recostada contra su pecho, mirando hacia arriba viendo su barbilla le dijo —¿Te puedo dar tu regalo de navidad? 

Asintiendo emocionada le respondió —¡Claro que sí! ¡También tengo el tuyo aquí! 

Mahiru le tendió la caja envuelta en papel de regalo y le hizo señas de que la abriera, Suzu destrozó todo el papel, cosa que hizo reír a Mahiru y una vez vió dentro la camiseta de su equipo de béisbol favorita la abrazó a más no poder. 

Mahiru abrió su regalo una vez Suzu la soltó y su rostro se ruborizó a más no poder y sus ojos se cristalizaron al ver lo que había dentro. Un par de anillos a juego. Mirando incrédula a Suzu le preguntó —¿Qué significa esto? 

La aludida la miró riendo nerviosa y le dijo rápidamente —No, no, tranquilla, no es eso. Solo que, pensé que tal vez tener un par de anillos a juego nos haría recordar a la otra siempre. En la joyería me dijeron que eran anillos de promesa, no supe bien que significaba, pero pensé en dártelo como una promesa —sonrojándose añadió —Esta es una promesa de que siempre estaré contigo, Mahiru, sé bien lo que me has dicho muchas veces, pero, quiero que cuando lo veas en tu dedo, recuerdes que siempre tendrás a alguien que te ama sin importar nada. 

Ocultándose en su pecho llorando Mahiru le dijo —Lo llevaré a todos lados conmigo — Y estirando su mano en su dirección le hizo señas de que se lo pusiera. 

Suzu lo tomó y se lo colocó en el dedo anular derecho sonriendo contenta. Tomando el rostro de Mahiru entre sus manos le dio un suave beso y le dijo —Feliz navidad — Mahiru continuó llorando feliz mientras se aferraba a ella una vez rompieron el beso.

Entre llanto le respondió —Feliz navidad.

Family Christmas
Fumi no tenía idea como había terminado ahí, pero, estaba en la casa de los Otonashi, cenando con ellos. En un principio se había negado, pero cuando la madre de Ichie la invitó, no hubo lugar para un no. 

Saki, la madre de Ichie, estaba ahí, sentada junto al padre de la peli-lavanda, Soma, con ella e Ichie una junto a la otra frente a ellos. Todo iría bien si no fuera porque Saki era igual de bromista que su hija. 

—Entonces, Fumi-chan ¿A qué te estás dedicando además de soportar a mi hija?

Ichie frunció el ceño, molesta, Fumi sonrió tratando de no parecer incómoda. Habían terminado de cenar, y estaban sentados en la mesa conversando mientras comían el postre, pero en realidad la rubia sentía que eso era solo una excusa para ese interrogatorio.

—Bueno, aún soy actriz, pero trabajo en un café a medio tiempo. 

El padre de Ichie frunció el ceño y le dijo —Está bien que trabajes en algo que sea más serio que el teatro, por cierto, ¿Dónde estás viviendo ahora? —Su tono era tan serio que hizo a Fumi fruncir el ceño y a Ichie aclararse la garganta llamando la atención en la mesa. 

—No deberías preguntar esas cosas, papá, no seas grosero —Ichie estaba intentando lo mejor posible de que Fumi no se enojara y decidiera irse, conocía su temperamento. 

—No, no importa, Ichie, no me molesta decirlo, estoy viviendo en San'ya, está bastante cerca —el tono molesto se podía percibir mientras Ichie tocaba su pierna bajo la mesa tratando de tranquilizarla. 

Alzando las cejas sorprendida Saki le dijo —Debes estar bromeando ¿Estás viviendo en un barrio de clase baja? 

Asintiendo Fumi le respondió cruzándose de brazos —Sí, estoy viviendo en un barrio marginal. 

Ichie empezó a reír nerviosa y les dijo —Cielos, no hagamos un alboroto por eso. Fumi solo está pasando un mal tiempo económicamente hablando — Al terminar, Ichie llevó un vaso de agua a sus labios tratando de relajarse, sentía a Fumi tan tensa y el rostro sorprendido de sus padres la hizo sentir inquieta. 

Ignorando a su hija por completo Soma le preguntó —¿No quieres venir a vivir con nosotros? —Ichie de la sorpresa escupió toda el agua de vuelta al vaso. Fumi se sonrojó sin entender nada, nerviosa. 

Saki insistió —Creo que Soma tiene razón, te conocemos y sabemos lo buena persona que eres y no creemos que ese tipo de lugares sea para ti, no mal intérpretes, lo que sucede es que, Soma vivió un tiempo en un barrio de esos y podemos concordar que son horribles. Eres casi una hija para nosotros, así que, queremos ayudarte en todo lo posible. 

Riendo nerviosa y sonrojada, conmovida de cierta forma les dijo —No, tranquilos, ya he encontrado un trabajo más estable, así que estaré bien, con suerte, pronto podré mudarme. 

Ichie tomó su mano bajo la mesa aun limpiando el agua de su rostro con una servilleta. Sabía que sus padres eran un par de bromistas, pero estaba feliz de tener a ese par como su apoyo de siempre.

Con una sonrisa Soma le dijo —Era broma sobre lo del trabajo estable, pensábamos sorprenderte, pero nos ganaste esta vez, no te preocupes, mientras tengas un trabajo decente, no importa lo que hagas, es digno. 

Fumi asintió en respuesta contenta, preguntándose porque esos no eran sus padres, ciertamente amaba a sus padres, pero no estaban nada cerca de ser tan atentos como los de Ichie. Bueno, ahora tenía una nueva familia. 

Saki vio a Ichie distraída y le dijo en broma —Vaya, Ichie, parece que hiciste algo bien en la vida, conseguirte una rubia. 

Ambas rieron avergonzadas y sonrojadas, Fumi quitó la mirada mientras Ichie ocultaba su rostro. Se podían oír las risas de Soma en conjunto con las de Saki. A él le parecía especialmente gracioso ver a Fumi, quién tenía un semblante tan serio, romperse por las bromas de su esposa, le recordaba a él un tiempo atrás. 

Levantándose de la mesa Saki caminó al árbol de navidad —Ahora veamos qué nos trajo Santa. 

Parándose de su silla de golpe Ichie soltó emocionada —Merry Christmas! 

Ahora el coro de risas era de Soma y Fumi, mientras Saki e Ichie buscaban en el árbol regalos con sus nombres. Fumi solo pudo pensar que aquel veinticinco de diciembre en familia había valido la pena. 

Christmas Event
Para Tsukasa era muy normal llegar a casa alrededor de las ocho, pero esa noche llegó a las diez, cansada, arrastrando los pies, tuvo alrededor de dos obras ese día, su estómago le pedía a más no poder algo de comida.

Al llegar a la sala, encontró las luces apagadas, y solo había un ruido, proveniente de una de las habitaciones, soltando un suspiro supo de qué se trataba, caminando fue hasta ella y abrió la puerta, encontrando a Shizuha sentada en su silla jugando en la computadora. 

Enojada le encendió la luz de la habitación y le dijo recostándose contra el marco de la puerta —No te has movido de ahí en todo el día, ¿No?

Sacándose los auriculares de cascos le respondió —¡Claro que me moví! Fui a buscar algo de comida y volví — movió un poco su silla de ruedas hacia atrás haciéndole señas de que lo había hecho. Había quedado en esa situación luego de un accidente de tránsito, donde, a su suerte, Tsukasa había aparecido y salvado, desde entonces habían comenzado a vivir juntas. Por ciertas situaciones familiares se le hacía imposible contar con ellos, por lo que, estaba feliz de tener a alguien como Tsukasa cuidando de ella.

Frunciendo el ceño Tsukasa cruzó la habitación enojada dejándose caer en la cama —¡Estoy cansada y hambrienta! Y cuando llego a casa, ni siquiera hoy, noche buena, me pudiste esperar con la cena. 

Tomando un lazo que tenía en la mesa de la computadora se movió a la cama y parándose con dificultad se recostó sobre ella respondiéndole —Aquí tienes la cena — trató de acercarse a sus labios, pero en respuesta recibió una mano en su rostro que suavemente la apartaba. En ese momento supo que había sido un mal día para Tsukasa, no solía comportarse así con ella ni tratarla así. 

—Estoy hablando en serio, tengo hambre, y por cómo te has portado, ni un beso te mereces —Su tono molesto delataba completamente como se sentía. 

Levantándose con su ayuda Shizuha se volvió a sentar en la silla de ruedas y movido hasta la puerta diciéndole —Ve a bañarte, para cuando salgas tendré lista la cena, ¿Está bien? — Su sonrisa era tan amable que hacía sentir a su acompañante con cierto remordimiento. 

Soltando la silla en la puerta se dirigió al baño, Shizuha se fue a la cocina. Después de unos minutos estaba preparada para dormir en su pijama, al llegar a la cocina encontró a Shizuha esperándola en la mesa de la sala, y un pavo al horno junto a unas copas de vino en la mesa. Sorprendida soltó —¿Qué es esto? ¿Cómo hiciste eso tan rápido? ¿Mandaste a pedir eso? 

Negando con su cabeza Shizuha se rio suavemente —En realidad, vi uno de estos en el evento de navidad del videojuego que estaba jugando y pensé que sería maravilloso comer uno, entonces, lo hice en la tarde, y te estuve esperando, pero tu llegaste más tarde de lo usual hoy. Por lo que, lo volví a meter al horno. Ha sido muy útil esa mesa baja, alcanza totalmente el tamaño de la silla, es muy cómoda para cocinar. 

Riendo por lo extraña de la situación Tsukasa ocultó su rostro entre sus manos —Disculpa, Shizuha, no tenía idea y te juzgué inmediatamente. Gracias por esto. 

Sacando una de sus manos del respaldar de su silla Shizuha le tendió un libro —Feliz navidad. 

Corriendo a su habitación y trayéndole una caja tendiéndosela le dijo —Feliz navidad. No me dio tiempo de envolverlo, pero espero que te guste.

Cada una tomó su regalo. Shizuha empezó a reír contenta y le dijo —Gracias. Por lo que veo, notaste que me hacía falta cambiar aquel gamepad viejo que tenía. 

Leyendo el nombre del libro Tsukasa sonrió para sí misma, antes de sacarlo del plástico que lo envolvía y oliendo las páginas nuevas — Muchísimas gracias, Shizuha ¿Cómo sabias que solo me faltaba este libro para terminar la colección de Sherlock? Y es incluso de la misma editorial que los otros, estoy tan feliz. 

—¿Quieres leérmelo después de comer? Digo, si tienes energía, técnicamente me contaste lo que sucede en todos los otros, así que, me intriga el final.

Asintiendo con una sonrisa le respondió —Está bien. Creo que también tengo mucha ansiedad por saber el final. Aunque después de esa petición dudo de la intención del regalo —La risa nerviosa de Shizuha la hizo reír, agradecía a su peculiar pareja. El resto de la noche lo pasaron en el sofá, Shizuha con su cabeza recostada en las piernas de Tsukasa y ella leyéndole.

Autora: Eri1305
Autora: Eri1305