Su mente viajó de golpe a sus recuerdos más atesorados sobre como pasó de ser una chica algo tímida con pánico escénico a viajar por Japón grabando constantemente en películas, series y hasta prestar su voz para dar vida a personajes...
Yachiyo Tsuruhime era una chica de 21 años muy apegada a las modas, tenía el cabello rosado que caía en ondas sobre su hombro izquierdo, ojos azules claros, contextura delgada, tez blanca y un gran talento para el teatro, además de que siempre resaltaba su sinceridad...
Karen había estado tomando tanto que se sentía un poco mareada, pero principalmente llena de energía por lo cual decidió dejar a Claudine, Mahiru y Junna en la mesa a pesar de sus quejas. En la pista de baile estaban Kaoruko y Futaba, la castaña sentía que ella necesitaba deshacerse de ese sentimiento que estaba abarcando su vientre bajo, cuando intentó empezar a bailar sintió sus manos ser tomadas por cierta pelinegra...
Hikari acababa de llegar a casa con una pequeña bolsa de compras, tenía una tregua con Karen en la que ella compraba la comida y la castaña cocinaba...
Claudine estaba en un centro comercial viendo todas las tiendas. No tenía idea qué comprarle, conocía muy bien a Maya, pero siempre era complicado conseguirle algo que le dejara satisfecha, solo su bendito Baumkuchen la dejaba feliz...
ADVERTENCIA: Se recomienda discreción con el tema tratado en esta historia, no recomiendo leer este fic si ha tenido episodios traumantes en su vida referente a delitos contra la libertad sexual. De seguir estará haciéndolo bajo su propio riesgo. Esta obra no esta hecha con motivo de ofender a nadie. Es hecho con la idea de tocar la sensibilidad del lector y entretenerlo, nada más. Gracias.
Justo frente a ella estaba postrado aquel animal que le había dado la oportunidad una y otra vez de vivir su escenario soñado, nunca le habló de consecuencias y mucho menos de efectos secundarios, sin embargo, estaba segura de haber sufrido cada una de esas cosas, la dichosa Glitterin Star no era buena al cumplir sus deseos...
Cuando su ventana se encontraba siendo iluminada a un nivel insoportable y el calor del sol comenzaba a ser insufrible Kaoruko despertó, abrió sus ojos con tanta pesadez como si estuvieran interrumpiendo su sueño más grato. Estirando su mano por la cama se dio cuenta de que hacía falta algo, o más bien, alguien...